• marzo 29, 2016

RESIDENCIAS DE ANCIANOS

RESIDENCIAS DE ANCIANOS

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Residencias de ancianos

Muchas veces nos encontramos en la difícil situación de qué hacer con las personas mayores a las que más queremos y que por razones diferentes no podemos cuidar como nos gustaría de forma personalizada. Entonces nos planteamos la búsqueda de residencias de ancianos o bien una ayuda a domicilio (contratar un servicio de ayuda a domicilio).

Sea como sea, casi siempre los momentos previos al ingreso son difíciles y la familia de la persona mayor se ve obligada a tomar decisiones rápidas. Por eso es importante saber elegir bien la residencia geriátrica o los profesionales que se van a ocupar de nuestros mayores; pero no siempre es fácil.

Con una decisión adecuada y un poco de cuidado podríamos evitarnos muchos sentimientos de culpabilidad que muchas están infundados: resulta muy normal que, una vez el mayor ingresa en la residencia geriátrica, la familia se sienta culpable. En el fondo  piensan que podrían haber cuidado del padre o de la madre en casa y se sienten mal por lo que perciben como un abandono.

Pero, ¿es verdaderamente la residencia la mejor solución?

Si tomamos a todas las personas de más de 65 años y los datos de dependencia y discapacidad, alrededor de un 5% recibirán la mejor atención en una residencia, el resto podría vivir perfectamente en un domicilio, si cuenta con apoyo de su familia y/o servicios como teleasistencia, ayuda a domicilio o asiste a un centro de día. En España hay aproximadamente cuatro plazas en residencias por cada 100 personas mayores.

Hay personas que no ven la residencia la mejor solución; en este debemos encontrar otras soluciones como la ayuda a domicilio, o contratar una cuidadora de ancianos, ya que podríamos hacer sufrir a nuestro familiar y convertirlo en lo que en las residencias conocen como “familiar problemático” (que se queja de todo por sistema sin una causa aparente).

Sin embargo, si se opta por una residencia, un cierto sentimiento de culpa es normal y que pero al ver que la persona mayor se encuentra bien y recibe atenciones que en casa hubiesen sido imposibles la culpa desaparecerá.

En España hay más de 4.000 residencias geriátricas con un gran abanico de tamaños, servicios, sistemas de cuidado y precio. Debemos elegir la mejor residencia y quedarnos con la primera que veamos o nos hayan aconsejado. Por eso, sería conveniente utilizar, además de los contactos y amistades, una herramienta de búsqueda de plazas libres en residencias que nos permita conocer de antemano algunos elementos, precios y servicios de varias residencias de una zona. 

Para tomar una decisión adecuada sería recomendable seleccionar y visitar como mínimo tres centros residenciales antes de tomar la decisión.

A pesar de que la mayor parte de personas mayores que viven en una residencia geriátrica en España se encuentran bien y así lo manifiestan en las encuestas de satisfacción, en ocasiones los familiares se sienten defraudados porque la residencia no son lo que ellos esperaban.

Las familias que piensen que su familiar será visitado diariamente por un médico o controlado en todas sus constantes de forma continuada deberán asegurarse de que la residencia que elijan ofrece esos servicios o acabarán sintiéndose defraudados.

Salvo que la residencia lo ofrezca de forma expresa, los acompañamientos fuera del centro por parte de las cuidadoras de personas mayores no están incluidos en sus servicios.

Todas las residencias (da igual que se presenten como geriátricos para la tercera edad, mayores, ancianos o con cualquier otra denominación) están obligadas a firmar un contrato con los residentes y sus representantes/familiares (si los mayores no pueden decidir por sí mismos). Dependiendo de la residencia el contrato puede tener más o menos página y puede estar escrito de una forma más clara o compleja. El contrato establece cuestiones tan importantes como el precio, las condiciones de alta y baja en el centro y la existencia de un periodo de prueba. Además existe un reglamento interno que contiene, entre otras cuestiones, el horario de vida y de visitas del centro. No haber leído y entendido estos documentos antes de ingresar puede provocar malentendidos ya que la residencia considerará que lo que hay en el Reglamento es conocido por los residentes y familiares.

Una cuestión importante y que a veces se pasa por alto es que la persona mayor es la que realmente tiene que tomar la decisión de entrar en una residencia y por tanto debería visitara residencia antes del ingreso, explicarle en detalle las condiciones de vida y sobre todo: entender que la decisión le cueste.

El engaño o el chantaje emocional no es la mejor opción ya que el mayor que ingresa en la residencia pensando que solo parará un mes porque “se lo han dicho los hijos”, acabará sufriendo cuando descubra que le han mentido.