La menopausia es una etapa natural en la vida de las mujeres, y lejos de ser un final, puede ser una nueva oportunidad para tomar conciencia de la salud y del bienestar. Así lo defiende la doctora Anita Scrivo, especialista en Ginecología del Hospital Quirónsalud Bizkaia, quien recuerda que la menopausia no es solo la última regla: «Es una transición hormonal que afecta a todo el organismo, y que merece atención y acompañamiento médico»

Durante esta etapa, la mujer comienza a perder progresivamente su función ovárica y, por tanto, baja la producción de las hormonas femeninas, los estrógenos y la progesterona. Esto puede producir síntomas como sofocos, alteraciones del sueño, cambios en el estado de ánimo, sequedad vaginal o aumento de peso, entre otros. También hay efectos menos visibles, como mayor riesgo cardiovascular o pérdida de masa muscular y ósea. 

A pesar de estos cambios, la doctora Scrivo invita a no vivir esta etapa desde el miedo o la resignación: «La menopausia no debe vivirse con recelo. Hoy en día contamos con información, profesionales formados y tratamientos eficaces. Lo importante es que cada mujer entienda qué ocurre en su cuerpo y sepa que tiene opciones».

Terapia hormonal: eficacia, seguridad y mitos superados
Una de esas opciones es la terapia hormonal para la menopausia (THM), que durante años ha estado rodeada de dudas y mitos. La doctora Scrivo aclara que la terapia hormonal bien indicada es «segura, eficaz y mejora de forma clara la calidad de vida de muchas mujeres». 

La Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM) utiliza una tabla de elegibilidad clara y fácil de interpretar, lo que permite adaptar el tratamiento a cada caso concreto. «Se recomienda en mujeres con síntomas, durante un máximo de cinco años, siempre valorando los factores individuales de salud. No se utiliza para prevenir enfermedades, pero sí para mejorar el bienestar actual», indica la especialista en Ginecología y Obstetricia. 

La especialista recuerda que el rechazo a la terapia hormonal surgió tras un estudio de los años 90 que fue interrumpido por efectos adversos porque no hubo criterios claros para seleccionar a las pacientes: «Aquel estudio incluía mujeres mayores de 60 años y con patologías que hoy no estarían indicadas para este tratamiento. Actualmente, seleccionamos a las pacientes de forma rigurosa, y los resultados son muy diferentes», explica con positividad. 

Más allá de los tratamientos, la doctora insiste en la importancia del estilo de vida: 

  • Ejercicio físico: especialmente entrenamiento de fuerza para prevenir sarcopenia (pérdida de masa muscular) y reducir el riesgo de fracturas. 

  • Alimentación equilibrada y, en algunos casos, suplementación. 

  • Gestión del estrés y del descanso, fundamentales en esta etapa. 

También es importante abordar los cambios en la esfera íntima y sexual. «La salud sexual forma parte del bienestar integral. Si hay sequedad o molestias, existen tratamientos locales eficaces. No hay motivo para renunciar a una vida sexual satisfactoria», señala la doctora. 

La menopausia no debe vivirse en silencio ni como una pérdida. Al contrario: puede ser el inicio de un mayor compromiso con una misma. «Cada vez hay más unidades específicas, más profesionales que acompañamos esta etapa sin tabúes. Lo primero es informarse, consultar y decidir con libertad», concluye la doctora Scrivo. 

Escuchar el podcast: Menopausia sin tabúes, claves para vivir con bienestar 
Para profundizar en este tema, el episodio Menopausia sin tabúes: claves para vivir esta etapa con bienestar y plenitud del podcast El pódcast que te sienta bien ofrece una visión accesible, humana y motivadora. 

En apenas 9 minutos, la doctora Anita Scrivo habla sobre: 

  • La menopausia como una etapa de transición y autocuidado. 

  • Cómo abordar síntomas como sofocos, insomnio, cambios de humor o sequedad íntima. 

  • La terapia hormonal sustitutiva: cuándo está indicada, por qué es segura según las guías actuales, y cómo se individualiza. 

  • Hábitos clave: alimentación equilibrada, ejercicio (incluyendo yoga o meditación) y estilo de vida saludable. 

  • El acompañamiento médico y emocional como elemento central del bienestar. 

  • Una mirada positiva: la menopausia no es un fin, sino una oportunidad para redescubrirse y reorientar prioridades.