«El mensaje más importante es que no se dejen engañar y busquen siempre profesionales cualificados. El lipedema tiene tratamiento y abordarlo en manos expertas mejora la calidad de vida de las pacientes», explica el doctor Ricardo Ruiz de Erenchun
Esta enfermedad crónica, a menudo confundida con la obesidad, puede tratarse eficazmente con cirugía reparadora.
El lipedema es una enfermedad crónica y progresiva que afecta casi exclusivamente a mujeres y se manifiesta principalmente en las piernas, aunque también puede presentarse en los brazos. Se caracteriza por una acumulación anormal de grasa, dificultad en el retorno linfático y problemas vasculares que generan dolor, hinchazón y limitaciones en la movilidad.
«El lipedema tiene un componente hormonal muy amplio», explica el doctor Ricardo Ruiz de Erenchun, jefe del Servicio de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Quirónsalud Bizkaia y vocal de Seguridad de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE).
En muchos casos, el lipedema pasa desapercibido o se confunde con la obesidad. Sin embargo, más allá del aspecto estético, esta patología puede causar «dolor, incomodidad e impotencia funcional», advierte el especialista. Durante la menopausia, debido a los cambios hormonales y la disminución de estrógenos, los síntomas pueden intensificarse.
Antes de plantear cualquier tratamiento, es fundamental un diagnóstico certero. Las medidas preventivas incluyen hábitos posturales y de estilo de vida saludables, como elevar las piernas, mantener una alimentación equilibrada, practicar ejercicio regular y utilizar medias de compresión, que favorecen el retorno linfático y vascular. «Todo lo que contribuya a perder peso y mejorar la circulación ayuda notablemente», añade el doctor.
Cuando el tratamiento conservador no resulta suficiente, la opción quirúrgica mediante liposucción se presenta como una alternativa eficaz y reparadora. «No se trata de una cirugía estética, sino puramente curativa», aclara Ruiz de Erenchun. «La lipoaspiración permite eliminar el exceso de grasa, mejorar el retorno linfático y vascular, y aliviar el dolor, logrando que las pacientes recuperen funcionalidad y bienestar».
La intervención suele realizarse con anestesia epidural y tiene una duración aproximada de una a dos horas. «Las pacientes pueden regresar a casa esa misma noche o al día siguiente, y los resultados funcionales son muy satisfactorios«, señala el especialista.
El seguimiento médico posterior es esencial para mantener la mejoría y prevenir complicaciones. «Acompañamos a las pacientes durante todo un año para garantizar que evolucionan correctamente y se mantienen estables en peso», explica Ruiz de Erenchun, quien recomienda acudir siempre a centros con equipos especializados.
«El mensaje más importante es que no se dejen engañar y busquen siempre profesionales cualificados. El lipedema tiene tratamiento y abordarlo en manos expertas mejora la calidad de vida de las pacientes», concluye el doctor Ruiz de Erenchun.



