Existen varias razones por las que nuestra vista se puede ver afectada, una de ellas es la baja visión. Entre todas las afecciones existentes, cada una de ellas nos afecta de una manera distinta y su tratamiento puede variar. A diferencia de otras, la baja visión no puede ser corregida mediante el uso de gafas, cirugía o tratamiento farmacológico.
¿Qué es?
Cuando una persona tiene baja visión, tareas habituales de la vida cotidiana, como leer, escribir o desplazarse, se le hacen más dificultosas.
La baja visión sería una discapacidad visual, aunque esta se suela asociar solamente a personas ciegas o ciegas casi en su totalidad. Es importante aclarar que hay dos parámetros de definición visual. Por una parte, la agudeza visual, que es la capacidad de poder distinguir, a cierta distancia, las formas de los objetos. Por otra, el campo visual, que sería el ángulo que el ojo puede ver.
La agudeza visual sería el parámetro que se tiene en cuenta más habitualmente para hacer la valoración de las personas con baja visión. Según los establecidos por la OMS, en las personas con una agudeza visual entre el 0 y el 30% de visión, existiría una discapacidad visual moderada, grave o ceguera. En el caso de la baja visión, abarcaría la discapacidad visual moderada o grave, pero no la ceguera.
¿Cómo afecta?
Se puede manifestar de forma distinta en cada individuo y dependiendo de la enfermedad ocular que la provoque. En algunos casos se produce la pérdida de la visión central o de la visión periférica, en otros puede generarse una visión parcheada, ceguera nocturna, deslumbramiento o falta de contraste. Por lo tanto, las capacidades y necesidades de cada persona pueden ser distintas en cada caso concreto.
¿Qué enfermedades están asociadas?
Algunas de las enfermedades que suelen ocasionar baja visión son:
- La diabetes.
- Las cataratas
- El glaucoma.
- La degeneración macular debida a la edad.
- La miopía magna.
- Las enfermedades congénitas.
Medios que nos pueden ayudar en el día a día
Existen muchos elementos de los que podemos hacer uso en caso de que tengamos baja visión. Con ellos, muchas acciones del día a día pueden resultarnos más sencillas y permitirnos disfrutar de actividades que, sin ellas, nos resultarían más complicadas o imposibles de realizar. Algunos ejemplos son los relojes o teléfonos parlantes, las lupas de cuello o la lupa clásica, o aquellas que nos ayudan a ver mejor la televisión o a poder leer. Como vemos, son muchos los artículos a nuestro alcance que pueden hacernos la vida más cómoda y con una mayor calidad.